viernes, 25 de septiembre de 2009

TRAS LOS PASOS DE YUDIT


TRAS LOS PASOS DE YUDIT

Cuando empecé a visitar las galerías de artes de mi ciudad natal, Trinidad de Cuba, siempre me ocurría lo mismo. Me encontraba a un grupo de personas agrupadas en torno a los cuadros de una joven pintora desconocida para mí. Al indagar sobre ella me decía que se llamaba Yudit y que estaba considerada entre las mejores pintoras de la ciudad, que era estudiante de la escuela de arte de allí, etc, etc.
Lo cierto es que ella y yo nunca llegamos a conocernos. Seguramente alguna vez nos tropezamos, pero nunca nadie nos presentó ni tuve yo la suerte de tener la posibilidad de hablarle. De haberlo hecho, seguramente le habría hecho públicos mis respetos y mi gran admiración por su obra, la cual tiene la peculiaridad de no dejar indiferentes a nadie.
Su obra, aún sin dejar de ser figurativa, mira hacia el interior de su ser. Allí encontramos todo un universo mágico, repleto de fabulaciones y de personajes que las protagonizan. Seres que de seguro, serán la propia Yudit transfigurada y elevada a una expresión desconodida para nuestros ojos, y de la cual, tan sólo ella misma y sus impresionantes cuadros podrían darnos alguna clave.
La pasada navidad estuve por su residencia en Trinidad de Cuba y no me la pude encontrar. Andaba de viaje por la ciudad de las luces, regando por allí su propia luz, y la luz de la isla luminosa que nos parió.
Felicia Borrell, mi prima querida, me la encontré allí fungiendo como albacea de su obra y principal difusora de la misma. Hablamos largo y tendido de su talentosa compañera ausente, me mostró muchas de sus obras recientes y otras que andan hoy por medio mundo y que sólo podemos ver en su extenso catálogo. También pude leer diferentes artículos en revistas especializadas en arte cubano, los cuales se encargan de hacer más visible, si se quiere, la obra de la talentosa artista.

Mi encuentro con Yudit quedó pendiente para una próxima visita mía a la isla, o quién sabe si se me adelante ella y podamos encontrarnos por estas tierras de la madre patria. Quede aquí constancia de mi admiración por su meritorio quehacer.
Para los que no conozcan a Yudit Vidal Faife, aquí les dejo su currículum vitae y ya me darán sus opiniones al respecto. También, si lo desean, podrían contactar con ella para expresarle vuestras opiniones, sugerencias, críticas, puntos de vista, y también, como no, en caso de que se sientan tentados a adquirir algunos de sus trabajos. Su correo electrónico es el siguiente: felicia@htdad.ssp.sld.cu

Casa de la artista
Calle Pedro Zerquera #312 e/ Fco. Javier Zerquera y Simón Bolívar. Trinidad. S.S. Cuba
Tfno.: 0053- 41- 99 4706

Galería Taller de la artista
Calle Simón Bolívar # 411 e/ Gustavo Izquierdo y Panchito Gómez Toro. Trinidad. S.S. Cuba
Tfno.: 0053- 41- 99 3007

TADEO


YUDIT VIDAL FAIFE CURRICULUM VITAE

Graduada de la escuela Profesional de Artes Plásticas, Oscar fernández Morera en el año 1998.
Realiza 2 años de servicio social en el Equipo de Restauración de Patrimonio de Trinidad en los años 1999 y 2000. Comienza a laborar como conservadora del Museo de Arqueología Guamuhaya a partir del año 2001.

Diplomas- Certificados- Menciones y lauros obtenidos

· 29 de Julio de 1999
XII Fórum de Ciencia y Técnica. Categoría de Destacado. Trinidad.

· 5 de Julio del 2000
XIII Fórum de ciencia y Técnica. Mención. Trinidad.

· 31 de Octubre de 2002
25 Aniversario de la ANIR. Diploma de Reconocimiento por haber sido Destacada Provincial. Trinidad.

· 14 de Febrero del 2003
Jornada Científica Estudiantil “El Joven Restaurador”. Diploma de Reconocimiento por haber obtenido el Tercer lugar Dado en el ISA, La Habana.

· 28 de Marzo de 2003
Encuentro Municipal Expo ANIR. Certificado de Mención. Trinidad.

· Junio 2003.
XV Fórum de la Cultura Trinitaria. Destacado.

· Septiembre 2004.
Evento Municipal del fórum. Categoría de Relevante. Trinidad.

· Octubre 2004
XV Fórum de Ciencia y técnica de la ANIR. Categoría de relevante. Trinidad, Sancti Spíritus.

· 2004
Vanguardia Provincial de La ANIR. Sancti Spíritus.

· Diciembre 2004
VI Evento Provincial “Cultura y Desarrollo” Destacado. Sancti Spíritus.

· Enero 2005
XVII Coloquio de la Cultura Trinitaria. Diploma por haber obtenido: Tercer Lugar y Mención especial por Institución respectivamente.

· 2005
Vanguardia Nacional de la ANIR. Trinidad.

· Octubre. 2005
Condición Nacional “Distinción 8 de Octubre”. La Habana-Trinidad.

· Enero 2008
XX Coloquio de la Cultura Trinitaria. Primer Lugar. Trinidad.

· Febrero 2008
Jornada Científica Estudiantil. Primer lugar. ISA-CENCREM. La Habana.

Asesoramientos impartidos

· Año 2002 Taller opcional: “Técnicas a la plumilla” para alumnos de tercer año. Impartido en la escuela de artes “Oscar Fdez. Morera” de Trinidad.

· Agosto del 2002 Taller de Creación Plástica: “Técnicas de Dibujo” para niños de 12 años. Museo de Arqueología “Guamuhaya”.

· Año 2001-2002 Taller de Teatro Infantil: “Manejo y actuación de títeres” para niños de 10 a 12 años de distintas escuelas primarias del municipio.

· Enero del 2001 Jurado del concurso: “Pintemos a Martí” auspiciado por Cultura Municipal. en saludo a la Jornada Martiana.

· Año 2000-2004 Trabajo comunitario en la zona de la Popa, de Trinidad, así como en el proyecto de atención rural en las afueras de la ciudad (Puesta en escena de las obras montadas con los niños)

· Junio del 2000 Curso- Taller de Papier - maché para trabajadoras del Museo de Arqueología, Trinidad.

· Año 2000-2004 Adaptación, guión, diseños y dirección de las obras puestas en escena de títeres para niños del Proyecto Comunitario “Teatro- Móvil- Guiñol”

Cursos y talleres de superación

· 1997
Curso “Culturas Arqueológicas de Cuba” Museo de Arqueología “Guamuhaya.” Trinidad

· 12 de Noviembre de 1999
Curso de “Reintegración en Pintura de Caballete” La Habana, Cuba.

· Diciembre del 2000
Curso de “Cultura e Identidad” Auspiciado por el Centro Provincial de Superación para la Cultura en Sancti Spíritus. Trinidad.

· 22 de Junio del 2001
Curso de “Conservación Preventiva en Clima Tropical” La Habana, Cuba.

· Año 2001
Taller “Cuatro Estaciones en Trinidad” auspiciado por La Oficina del Conservador de la Ciudad, impartido por distintos creadores de la plástica nacional.

· 2001
Segundo Nivel de Inglés por suficiencia. Impartido en la Escuela de Hotelería y turismo de Trinidad.

· Diciembre 2001
II Taller de Arqueología Centro Sur de Cuba. Museo de Arqueología “Guamuhaya”.

· 2002
Introducción a Windows y Word. Impartido en la Escuela de Hotelería y turismo de Trinidad.

· Octubre 2003
Curso “La cerámica en la Arqueología histórica” Auspiciado por el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el Museo de Arqueología “Guamuhaya”. Trinidad.

· Noviembre 2003
III Taller de Arqueología Centro Sur de Cuba. Museo de Arqueología “Guamuhaya”.

· Taller Científico sobre Protección y Conservación del Patrimonio en saludo al XXV Aniversario del Museo de Arquitectura. Trinidad. Noviembre 2004.

· Noviembre 2006
II Taller de Patrimonio Cultural Cubano. Auspiciado por la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Museo de Arquitectura. Trinidad.

· Año 2006
Taller de restauración de marquillas de tabaco. La Habana.

· Año 2007
Taller de restauración de muebles de estilo. CENCREM. La Habana.

· Año 2007
Taller de restauración de pintura de caballete. CENCREM. La Habana.

· Noviembre 2007
VIII Taller de Arqueología “Centro Sur”. Museo de Arqueología ¨Guamuhaya¨. Trinidad.

· Noviembre 2007
XII Taller de Historia local. Museo Municipal de Trinidad.

· Noviembre 2007
Curso de Agentes biológicos. Unidad Docente de Ciencias médicas “Elena E. Fernández.” Trinidad.

· Marzo- Abril 2007
Curso de Elementos de Informática básica – Sistemas Operativos. Unidad Docente de Ciencias médicas “Elena E. Fernández.” Trinidad.

· Julio 2008
Titulada de: Licenciada en Artes Plásticas, perfil “Conservación y restauración de bienes muebles” Instituto Superior de Arte. La Habana. Cuba.








viernes, 18 de septiembre de 2009

MI VIDA SOBRE RUEDAS


MI VIDA SOBRE RUEDAS

Cuando parecía que el combustible se convertiría en Cuba en una sustancia museable, se pusieron de moda las bicicletas. Yo nunca tuve una, y pensaba que mi destino jamás me llevaría a poseerlas, pues las consideraba, por allá por mi niñez y mi adolescencia, un artículo de lujo, acostumbrado como estaba a las escaseces y a cooperar con la economía doméstica, procurando no gastar y procurando no pedir dinero.

Algunos amigos que me vienen ahora a la memoria, se pusieron a vender aguacates en una esquina, o a pedirles a los turistas, pero yo era incapaz de nada de eso. Si alguien no nació con sangre de comerciante o de mendigo, ese era yo.

Sin embargo, el destino que puso a la isla grande sobre las dos ruedas de una bici, era tan poderoso que un buen día, como si de un virus se tratara, me cogió a mí también. Todos tenían la suya, y a mí me tocaba, así que no podía negarme, sobre todo mirando que no tendría otra cosa en qué moverme por la ciudad.

Por aquel entonces estudiaba en la Universidad de la Habana. Para los que no lo sepan, la Universidad tiene diversos inmuebles distribuidos por la ciudad, de los cuales, el más emblemático y conocido es la Colina Universitaria, donde se estudian algunas carreras como Licenciatura en Matemáticas, Licenciatura en Física, Derecho, Filosofía, Sociología, Ciencias Farmacéuticas, Historia, entre otras.

Esta última, era mi carrera y por tanto, debía trasladarme a diario, desde la residencia estudiantil, que se encontraba en el municipio de Habana del Este, hasta el barrio del Vedado, donde se encuentra enclavada la Colina Universitaria. Estamos hablando de un recorrido de unos 12 kilómetros, los cuales no podía recorrer a pie, al menos si quería llegar en tiempo y forma a las clases.

Como el transporte urbano estaba cada vez más precario, y como en la universidad darían por sentado que al habernos dado bicicletas a todos, no teníamos excusas para faltar a nuestra obligación principal: el estudio, me vi encerrado en la trampa de ir a buscar con mis compañeros aquel vehículo de dos ruedas al punto de recogida, ubicado a unos 5 kilómetros de la Universidad.

Llegamos en autobús, y luego de dar nuestros nombres, aquellos señores pusieron en nuestras manos lo que sería desde ese instante, nuestro mecanismo de locomoción. Todos llenaban las ruedas de aire y salían felices y contentos, pero yo no. Nunca aprendí a montar en bicicleta, o no había aprendido nunca en condiciones.

Se imaginarán que llegar a la Universidad fue una verdadera odisea. Llegué montado sobre ella, cierto, pero no me atropellaron por el camino por puro milagro, o tal vez por el poco tráfico que había en las calles de la Habana debido, claro está, a la falta de combustible.

Como si tener que aprender a montar en bici de aquella manera tan precipitada, sacando tiempo de mis horas de estudio y ocio, no hubiera sido para mí ya un problema bastante grande, me encontré con el problema adicional de que en Cuba los chicos con novia, llevaban a sus parejas a la Universidad sentadas en la parrilla de la misma.

Yo, que apenas me sostenía sobre la bici, era incapaz de llevar a mi novia a ninguna parte. La primera vez, ella, que sí sabía montar, me llevó a mí hasta la universidad, pero me dejó claro que tendría que aprender a montar en bici cuanto antes, porque ella no me iba a llevar más, pues estábamos siendo el hazmerreir de todo el mundo allí.

Ese fin de semana, aprovechando que mi novia no estaba, me puse a montar por el barrio, y hasta me atreví a irme a la playa, la cual se encontraba a unos 5 kilómetros de allí. Debo tener muchos angelitos en el cielo, porque aquello parecía un acto suicida. No controlaba nada la bici, y varias veces estuve a punto de estrellarme contra una señal de tráfico, o contra otro bicicletero. Alguno me increpó por mi falta de habilidad al volante.

A mi novia nunca la pude llevar a la universidad en la parrilla. Tal vez aquel fue uno más de los motivos que nos alejaron para siempre. Una chica no quiere como pareja a un chico del que se burlan por no haber aprendido nunca a montar en bici. Y por eso, y por todo lo demás, mi relación empezó a tambalearse tanto como yo sobre mi bici cuando se me ocurría pedalear sobre ella.

Alguna vez me aventuré a llegar hasta la universidad, pero llegaba tan nervioso y tan asustando después de jugar a la ruleta rusa en aquel suicidio sobre ruedas, que decidí no hacerlo más. Preferí aventurarme con el transporte local, que era una opción casi tan suicida como la otra, pero un poquito menos.

Allí estaba varada mi bicicleta china en el apartamento de la residencia estudiantil. Para colmo, tenía que vigilarla porque me la podían robar. Los robos de bicis estaban a la orden del día, y como eran todas iguales, encontrar la tuya, podía ser tan complicado como hallar una aguja en un pajar. Finalmente decidimos mi novia y yo, llevarla para casa de mi suegro. En el garaje de él estaría mejor que en la residencia estudiantil.

Pasaron, más o menos, dos meses, y un buen día, desayunando en aquella casa del padre de ella, la abuela que estaba allí atendiéndonos, me hizo saber que mi suegro estaba muy apenado conmigo y que había algo que no se atrevía a decirme, así que ella me lo iba a comunicar de una vez.

Me quedé en tensión esperando la noticia y por fin dijo la anciana:

“Tu bicicleta se la han robado del garaje. Unos ladrones han entrado y se la han llevado”.

Yo respiré aliviado y sólo le respondí: “Por favor, ¿puede acercarme la mantequilla?

TADEO