Tal vez deba decirles que yo no bebo apenas. Rara vez se me ve "empinar el codo". Sin embargo, desde que vivo en España la bebida y yo nos llevamos muy bien. En España hay un bar cada dos pasos. Esto es algo que llama mucho la atención a un cubano, puesto que en Cuba no existen tantos, ni tenemos esa cultura de bares tan típica de aquí.
Sin embargo, cada vez que entro a un bar, aunque jamás se me ocurriría matar la nostalgia pidiendo un doble de Havana Club, sí miro la colección de bebidas cubanas. A veces hasta le digo al camarero, todo orgulloso: Ahí tienes detrás un pedacito de mi país".
Es un truco más que me he inventado para sentirme cerca del terruño, y me funciona.
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