Habían transcurrido ya los 15 días de trabajo y nos disponíamos a abordar los autobuses que nos llevarían de regreso a casa cuando se me acercó Mercedes, una de las amigas inseparables de mi novia, y me llamó para hablar aparte. Salí de la fila y me dijo:
-Quiero pedirte un favor. Es que he metido en mi mochila la almohada que me dieron aquí en el campamento. He dormido con ella estos 15 días y me gusta mucho y no quiero desprenderme de ella. Pero temo que me sorprendan robándomela. Por favor, súbeme tú al autobús mi equipaje.
No podía creer lo que estaba escuchando. No me parecía bien la actitud de aquella chica, así que estaba decidido a no prestarme para aquel hurto. por tanto, procurando no ser grosero le respondí:
- Mercedes, por favor, no me pidas algo así. Sabes que soy muy cobarde para estas cosas, además de no parecerme bien que te lleves esa almohada que no es tuya y que aquí la necesitarán los próximos estudiantes que vengan.
Diciendo esto, desapareció de mi vista decepcionada.Al llegar al pueblo esperé para reunirme a solas con mi novia y le dije:
-Laura, esa amiga tuya, la Mercedes, es tremenda. ¿Sabes lo que me pidió antes de salir del campamento? Que le metiera en el autobús su mochila con la almohada que se había robado de allí. Mi novia me miró indiferente y me dijo:
-No te escandalices, que yo también me he llevado la mía.
TADEO
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