viernes, 13 de febrero de 2009

IVIS TAMARGO

IVIS TAMARGO

En mi último viaje a Trinidad de Cuba, aproveché para ir a la misa del domingo, y allí en la iglesia me encontré con algunos viejos amigos que me hizo mucha ilusión saludar. Entre ellos, estaba Ivis Tamargo, así que no perdí la oportunidad para inmortalizar nuestro encuentro en esta foto.

Ivis y yo nos conocimos cuando matriculamos juntos en la Escuela Vocacional Ernesto Guevara de Santa Clara. Como todo cubano sabe, se trata de este tipo de escuela especial para niños, si no superdotados intelectualmente, sí seleccionados entre los mejores estudiantes de todas las escuelas primarias del municipio.

En aquel grupito conformado por 15 varones y 15 hembras, como representación de nuestro municipio en aquel gran colegio, estábamos nosotros dos conjuntamente con otros 28 chicos y chicas de los cuales me aventuraré a escribir los nombres de todos, aún corriendo el riesgo de que se me queden fuera 2 o 3, (espero que no se enfaden los que se me olviden)

Las chicas eran: Carmen Alicia, Yoelsy Palma, Yolaine Pomares, Disney, Tessa Negrín, Suleyka Bandomo, Raquel, Cary, Arianis Menéndez, Ivis Tamargo (no me acuerdo de las demás)
Y los chicos eran: Justo, Rolando Sicilia, Reinier el chino, Norly Lichilín, Ondrey Ricardo, Julio César Pomares, Yoet Aladro, Delvis Fraga, Hofman Bastida, Juan Guillermo, Marcos, El chiqui Hernández, (no me acuerdo de más)

Como nos graduamos sólo 20, espero que los que me he olvidado, estén entre esos que se marcharon sin graduarse.
A ver si alguien que nos conozca, pasa por aquí y me deja los nombres que yo he olvidado.

Lo cierto es que de todos nosotros, Ivis fue el primer expediente académico. Terminó estudiando la carrera de estomatología y hoy es estomatóloga allá en Trinidad de Cuba.

Ivis tiene la bondad reflejada en el rostro y una sonrisa de eterna niña, que a todos complace. Es una de esas amigas con personalidad propia, y por tanto, una de las inolvidables y de las imprescindibles. Siempre que la veo y converso con ella, me deja dentro una sensación muy agradable de paz y energía positiva.

Querida Ivis, gracias por existir.

TADEO