jueves, 25 de diciembre de 2008

MIS EX ALUMNOS


MIS EX ALUMNOS


Durante los 3 años que trabajé en Cuba como profesor de Historia y Filosofía, pasaron por mis manos cerca de 1000 alumnos. Yo no estudié una carrera de corte pedagógico, pero el profesorado es para los miembros de mi familia, como una especie de maldición, pues muchos de nosotros, de generación en generación, hemos ido gravitando a las aulas aún sin proponérnoslo. Incluso, mi hermana, la doctora, me ha dicho que está dando clases a estudiantes de la especialidad suya en medicina.


Los que siguen este blog, saben que acabo de regresar de Cuba. Cuando me monté en el avión y preparé mis baterías y la cámara fotográfica, me propuse hacer fotos a todos los que me encontrara por la calle. De este modo, no tendría que hablar de mis ex alumnos sin que ustedes pudieran hacerse una idea de quiénes y cómo son.
No retraté a todos los que me encontré, porque algunos de ellos estaban en sitios como tiendas, donde no me dejaron entrar con la cámara. A otros me los encontré dedicados a actividades no muy legales, como la venta de dólares en plena calle, así que no me animé a hacerles fotos. Con otros, simplemente me olvidé de mis obligaciones de foto reportero. Sin embargo, no me quejo del número de los “pescados" in fraganti para este blog.
A algunos me los encontré casados y con hijos, a alguna chica, embarazada y a punto de ser mamá, casi todos trabajando ya en sus respectivos oficios, y verdaderamente me sentí feliz y orgulloso de haber influenciado alguna vez en la educación de estos muchachos.
Cuando llegué a trabajar como profesor al instituto, un profesor amigo, me aconsejó que no me encariñara con mis alumnos. Me dijo que por lo general, ellos eran muy malagradecidos.
Me advirtió: “Te tratarán con respeto mientras seas su profesor. En cuanto dejes de serlo, te ignorarán o rechazarán”.
Yo no supe hacerle caso. A mis alumnos, a pesar de que sólo existen 10 y 12 años de diferencia entre ellos y yo, los quise y los sigo queriendo como a mis propios hijos. Siempre tengo tiempo para ellos en mis visitas a Cuba, y esta vez no fue la excepción.
Incluso, a este chico descamisado y con un collar de santería al cuello, me lo encontré en una fiesta donde corría el ron en grandes cantidades. Tal vez por su estado de contentura, provocada por la bebida, hizo que pararan la música y dijo que quería comentarles algo a todos.
Dijo que allí con ellos, apenas sin llamar la atención, estaba un señor que había sido uno de los mejores profesores que él había tenido en su vida. Se puso a contar sobre mí, sobre mis particularidades como profesor y de la huella que había dejado mi trabajo en su corazón.
Fue muy emotivo, y de veras me sentí muy feliz y orgulloso viendo delante de mí, a este chico emocionado con mi presencia en aquella fiesta y diciendo todas aquellas cosas bonitas, esas cosas que no se pueden fingir, esas cosas que sólo pueden decirse si en realidad se llevan dentro.
TADEO


jueves, 18 de diciembre de 2008

YA ESTOY DE VUELTA

YA ESTOY DE VUELTA

Queridos lectores de este blog:

Ya estoy de vuelta. Ya tengo los pies sobre la tierra, pero aún mi mente está aterrizando. Poco a poco voy tomando las riendas de mi vida habitual. Vengo de la isla con muchas historias que contar, con muchas fotos que hice por allá, con las imágenes que tenía grabadas en mi alma y que no podía mostrar, y que ahora sí podré y eso me alegra.

No he dejado de pensar en ustedes, y en este capricho de dejar por escrito quién soy, aún con las dudas de si eso puede servirle a alguien para algo.

Les dejo una foto que hice en mi pueblo, cerca del poblado de "La Boca" allá en Trinidad de Cuba. El sol desapareciendo en el horizonte, allí donde el astro brilla de un modo especial. Ese es mi sol y no otro. Ese es mi atardecer y no otro. Ese es mi lugar, al que regresaré siempre aunque sea sólo en mi imaginación y en mis palabras.

TADEO

sábado, 29 de noviembre de 2008

ME MARCHO A CUBA

ME MARCHO A CUBA

Mis queridos lectores:

Les dejo estas palabras para que sepan que a partir de hoy, tendrán que esperar por lo menos 16 días para encontrarse una nueva entrada en éste y en mis restantes 3 blogs. Espero que mi ausencia no la lleven muy mal y que tengan paciencia suficiente como para esperar por mí.

Es tiempo de ver a la familia, de arroparlos y de ayudarlos econonómicamente. Esta vez viajo solo. Dejo detrás a mí familia española y eso no me hace nada feliz. Mi sueño es ver a mi esposa e hija allá junto con mi familia cubana. Esta vez no va a poder ser. Tal vez dentro de un par de años o tres mi sueño se haga realidad, ya veremos.

He puesto, para acompañar estas palabras, la foto del aeropuerto de La Habana, la Terminal 3. A pesar de que en la sala de espera de dicho lugar, la bandera cubana es la más grande, el tamaño de la bandera no es proporcional con el tamaño del orgullo que allí sentimos los cubanos de haber nacido en aquella isla.

El aeropuerto de La Habana no es un buen lugar para sentirse orgulloso de nuestra procedencia, porque al menos allí, ser extranjero es mejor que ser cubano. Si eres extranjero, te dejarán pasar sin complicaciones. Pero si eres cubano, te enviarán nuevamente a pesar tu equipaje con la esperanza de que vayas pasado de peso para poderte cobrar 10 dólares por cada kilo de más que lleves en tus bolsas.

Me cuesta trabajo entender cómo el gobierno habla de luchar contra el bloqueo norteamericano a la isla, y luego, impone allí en el aeropuerto otro bloqueo a los nacidos allí, si no más cruel y dañino que el yanqui, en términos económicos, sí más dañino desde el punto de vista psicológico. El cubano percibe el bloqueo norteamericano como algo más lejano que éste otro, que le impide poner en manos de sus familiares todos esos artículos que ellos pretenden pasar por aduana con el fin de mejorar su situación económica.

Los que esperan en la isla recibir estas cosas, no saben bien qué podrían obtener de más si el bloqueo norteamericano desapareciera, pero sí saben bien lo que podrían recibir si el bloqueo cubano en las instancias aduanales dejara de tener ese carácter de pillaje y de discriminación para los nacidos en el país.

Yo entiendo que tiene que existir allí cierto control. Entiendo que si puedes pasar 30 kilos, y te apareces allí con 60 kilos, te cobren algo, pero teniendo en cuenta que Cuba vive una situación especial, creo que perfectamente esas personas podrían hacerse más de la vista gorda y que el estado podría ser muchísimo más permisivo, porque en última instancia, el dinero que te dejas allí en aduana, es un dinero que de todos modos se quedaría en el país y regaría felicidad encima de los favorecidos. Sin embargo, ahora mismo lo que crea es animadversión respecto de estas políticas gubernamentales.


En muchos aeropuertos del mundo, sus trabajadores no ponen tantos problemas para dejarte pasar entre 5 o 6 kilos de más (y no existe la situación de bloqueo económico que sufre la isla). Sin embargo, allí, los funcionarios aduanales no muestran con sus coterráneos la más mínima condescendencia. Luego, da vergüenza ver cómo los trabajadores del aeropuerto, demoran entre 2 y 3 horas para despachar a un avión de unos 260 pasajeros. No voy a decir que en todos los aeropuertos, pero al menos en los que yo he conocido (España, Francia, Portugal, Alemania) los trabajadores demoran entre 30 minutos y una hora en despachar todo el pasaje de un avión, es decir, lo hacen 3 veces más rápido que en Cuba.

No hay nada más torturante que llegar a Cuba luego de un largo y cansado viaje de 9 horas, y encontrarte con que no puedes salir en 20 o 30 minutos del aeropuerto. Estás ahí dentro sin poder salir, viendo pasar el tiempo del modo más estúpido del mundo, mientras del otro lado de la puerta, tus familiares aguardan deseosos de abrazarte y besarte, de darte la más calurosa de las bienvenidas. Yo quisiera salir por la puerta risueño y triunfante, pero no puedo. Lo intento, pero de momento, nunca lo he conseguido. Salgo de allí incómodo, molesto, después de haber discutido con el de la puerta en estos términos:

El: -¿Tú eres cubano, cierto?

Yo: -Si.
El: -¿El papel de la pesa dónde está?
Yo: ¿Qué papel, qué pesa?
El: Ah, ¿tú no has ido a pesar tu equipaje?
Yo: No, no he ido.
El: Pues entonces ve a pesar tu equipaje.
Yo: ¿Y por qué tengo que ir a pesar mi equipaje y has dejado pasar a mi esposa y a mi hija y no les has dicho nada?
El: Porque tú eres cubano.
Yo: ¿Entonces me estás diciendo que ustedes tienen un trato diferente para los nacionales?
El: Sí, con los cubanos hacemos esa distinción
Yo: ¿Usted es consciente de que están dando a los cubanos un trato discriminatorio, y que pocas cosas son tan humillantes como ser discriminado en tu propio país?
El: Esa es la orientación que tenemos.
Yo: Vale, me voy a pesar el equipaje. Nací en Cuba. Me jodí.

TADEO

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LA CANCHÁNCHARA

LA CANCHÁNCHARA

La canchánchara es un antiguo cóctel cubano surgido en tiempos de las guerras contra España, las cuales tuvieron lugar en estas fechas que les anoto (1868-1878) (1878-1879) y (1895-1898).



Era un trago que se bebía caliente para combatir el frío de la vida a la intemperie en medio de la contienda bélica. Es de suponer que este trago surgió movido por la necesidad de beber algo que ayudara a fortalecer cuerpo y mente para enfrentarse a la dura vida que aquellos hombres llevaban.

A principios de 1980, al restaurar una de las zonas del casco histórico de Trinidad, un equipo de trabajo del Museo de Arquitectura de la ciudad, encabezado por Teresita Angelbello, Víctor Echenagusía y Luís Blanco, realizó un proyecto para rescatar La Canchánchara, como un trago que sobrevivió gracias a la tradición oral.

El equipo restauró una antigua casa trinitaria y diseñó toda la vajilla, de la cual sólo ha perdurado una taza de barro que simula la jícara, vasija donde se supone los mambises bebían La Canchánchara.


Hoy por hoy, y desde hace muchos años, La canchánchara es una especie de taberna enclavada en el casco histórico de la ciudad de Trinidad por donde pasan diariamente cientos de turistas con el fin de disfrutar de la espirituosa bebida compuesta por aguardiente de caña, limón, miel de abeja y unos cubitos de hielo para enfriar el trago.

Durante muchos años, no sé ahora, se podía disfrutar allí del zumo de caña, conocido como guarapo, y también de la actuación de Alberto Pablo, uno de los mejores percusionistas de Cuba, así como de otras agrupaciones musicales que se dedican a interpretar la música cubana.

No puedo dejar de decir, que como yo vivo a un tiro de piedra de La Canchánchara, la música que allí interpretan, se escucha en mi casa con mucha nitidez, y de algún modo también nosotros, como el resto de los vecinos del barrio conocido como La Barranca, disfrutamos o sufrimos, según el caso de los sones cubanos y del ir y venir de los turistas de medio mundo atravesando nuestras vidas en el casco viejo de Trinidad de Cuba.


TADEO

domingo, 23 de noviembre de 2008

PEDRO CUBAS


PEDRO CUBAS

Pedro Cubas Hernández y yo somos íntimos amigos. Nos conocimos el día que fuimos a matricularnos en la facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de la Habana. Dio la casualidad que fuimos a inscribirnos allí el mismo día, y pronto descubrimos que nuestros destinos estarían unidos al menos por cinco años, y luego ya Dios diría.

Pues bien, han pasado 16 años y Pedrito Cubas y yo seguimos siendo estupendos amigos, a pesar de que la vida ahora mismo nos mantiene alejados. Él está ahora mismo en la Habana. Trabaja como historiador en el centro de investigaciones Juan Marinello, y yo, bueno, ya se sabe por dónde ando, por la Madre Patria.

Sería imposible contarles en pocas palabras quién es Pedrito, y todo lo que hemos vivido juntos, así que me limitaré a decir esas 3 o 4 cosas que no se pueden dejar de decir cuando se habla de este gran amigo.

Pedrito tiene el don de la amistad. Siempre fue para todos nosotros los compañeros de carrera, como el elemento aglutinante, el que nos ha mantenido a todos en conocimiento respecto de los otros. Es también una persona de un gran corazón y un magnífico estudiante: el mejor de la carrera. Por eso se ganó la admiración de todos los estudiantes, y también, de los profesores.

Otras de las peculiaridades de Pedrito, es que siente verdadera pasión por el fútbol, así que no es raro que se le vea con camisetas futboleras. Su equipo español favorito es el Real Madrid, y siente una gran admiración por Raúl González.

También es una persona muy divertida y fiestera. Siempre lo recuerdo bailando en las fiestas de la facultad, en discotecas, en casas de amigos, etc. Su presencia alegraba el ambiente y nos animaba a todos a compartir, entre ellos a esos que como yo, nunca fuimos de los divertidos.

Como compañero de estudios siempre fue un tipo genial. Nunca tuvo problemas para ayudarnos con las asignaturas, así que su presencia nos resultó vital a la hora de cargar con el pesado fardo de los estudios universitarios.

Ha pasado el tiempo y Pedrito sigue ahí, dándonos la mano a todos. Informando a todos sobre la vida y milagro de los demás, y demostrándonos que la distancia no tiene que ser para nada el olvido.

Dentro de pocos meses lo tendremos terminando su doctorado en Historia por tierras brasileras, un país que le encanta y que, según me ha contado, lo ha recibido muy bien.

Pronto nos veremos en Cuba. Pedrito visitará Trinidad, mi ciudad natal. Luego de dos años, volveremos a vernos y de seguro, pondremos una nueva piedra en ese edificio grande que es nuestra amistad.

TADEO

viernes, 14 de noviembre de 2008

Y TE VAS AL MURO

Y TE VAS AL MURO

El malecón de La Habana es algo más que un muro, es el muro. Ninguno otro es tan largo, famoso y emblemático como esta serpiente inmóvil de siete kilómetros. Dicen algunos que es el sitio donde terminan los sueños. Yo no lo sé. Sin embargo, sospecho que los sueños y el muro han estado entrelazados en muchos sentidos.

Aquí han nacido y muerto amores, hasta aquí llegan los pasos de todos los que buscan el mar como una fuente infinita de sosiego, o miran el horizonte esos que tienen hambre de otras costas.

Quien no se haya sentado en el malecón en buena compañía para escuchar el vaivén de las olas y el vaivén de los corazones, se ha perdido una de las experiencias más hermosas que la capital cubana puede darnos.

Tengo un amigo que dice que no hay mujer que se le resista cuando la trae al malecón. Parece que aquí estamos más predispuestos a todo, también a la aventura de los besos, de los abrazos, tal vez el mar nos invita a entregarnos, y ya puestos a entregarnos, pues nos entregamos a todo.

Cuántas veces me senté en este muro a mirar el mar, o simplemente a mirar la ciudad en soledad o en compañías mejores o peores. Cientos, miles de veces. Todos los viernes, cuando salía de la universidad, bajaba hasta el malecón y caminaba desde El Vedado hasta La Habana Vieja. Un largo paseo con el muro dándome la mano, y con el sol dándome su abrazo más abrasador.

Hoy que estoy del otro lado del mundo, como si mi vida se hubiera asentado sobre las aguas, como si mi vida fuera un barco que se aleja de esas costas hoy soñadas, busco mi trozo de muro aquí dentro de mí y me siento a ver la vida pasar con el convencimiento de que no hay nada más dulce y sabio que quedarse sentado en el muro para siempre, como si ese pedazo de Cuba tuviera escondido algún secreto, alguna clave relacionada con la felicidad.

TADEO

viernes, 7 de noviembre de 2008

LAS ESCUELAS CUBANAS

LAS ESCUELAS CUBANAS

De sobra es conocida la fama del sistema educacional cubano. Sin embargo, no es de eso de lo que quiero hablarles hoy.
Me he encontrado unas fotos en Internet tomadas en una de esas tantas instituciones docentes de la isla, y aunque jamás he puesto un pie en ese lugar, me resultan tremendamente familiares. ¿Por qué? Pues porque en Cuba se fabricaron muchas de estas escuelas siguiendo el mismo modelo constructivo. Entre un centro docente y otro, las diferencias son mínimas.
Gracias a este mimetismo arquitectónico, puedo, (y me complace) invitar a todos los cubanos que pasen por aquí, (también a los extranjeros que estudiaron en la isla) y que seguramente disfrutaron o sufrieron, o ambas, en alguna escuela parecida a esta de las imágenes, que se imaginen que están visualizando la escuela o las escuelas que conocieron personalmente.
No es difícil hacer este ejercicio. Yo me he concentrado en estos pasillos y he reconocido perfectamente la entrada a los dormitorios, las escaleras del docente, la plaza de los matutinos y de los bailes en las recreaciones, el comedor donde disfrutábamos del condumio, en fin, de todas esas estancias que conformaban estos institutos preuniversitarios o politécnicos casi siempre en el campo.
Muchos de nosotros incluso, perdimos la virginidad en sitios como éste. No es mi caso. Yo necesité llegar a la universidad para eso, pero sí muchos de nosotros descubrimos el amor, y bueno, nos formamos y crecimos, y son también un pedazo de nuestros recuerdos, son esos sitios a donde caprichosamente nuestros sueños nos arrastran a menudo, en mi caso, por partida doble, porque los habité como estudiante, y algunos años después como profesor.

¿A que es verdad que todas estas escuelas son casi idénticas?

TADEO

lunes, 3 de noviembre de 2008

LAS TRAMPAS DEL RECUERDO

LAS TRAMPAS DEL RECUERDO

Hace poco vi una película titulada El señor Ibrahim y las flores del Corán , en la cual uno de los personajes protagónicos, ( El señor Ibrahim) realiza un largo viaje antes de morir hasta la aldea donde nació. Por la importancia que para él tenía este viaje, deduje que, aunque se hubiera pasado casi toda su vida fuera de allí, para él tenía una importancia muy grande el poder regresar algún día.

Estos reencuentros con el pasado, son tal vez una manera de validar todo lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida, porque ¿de qué nos vale haber hecho nada, si no tenemos a quien contarle lo que hemos hecho? Tal vez sea una tontería, tal vez un simple acto de vanidad, pero lo que no hay dudas es de que muchos de los que vivimos o hemos vivido fuera de esa patria chica que nos vio nacer, sentimos en algún momento ese deseo de regresar a nuestro centro.

Sé que hay quienes se han marchado llenos de rencores y de resentimientos, y sé de algunos que no pueden volver, y de otros que entienden que ya pasó su tiempo de volver y prefieren morir con la espinita clavada de la vuelta jamás realizada. Tal vez se conformen con viajar a esos lugares en sueños, porque los sueños, a veces no son simplemente humo. A veces ellos hacen realidad (en la realidad fantástica del sueño) tantas cosas que una vez al despertar, sentimos como si la experiencia permaneciera ahí dentro de nosotros y nos hubiera alimentado.

Aquí les dejo una imagen hermosa de la Habana Vieja. Este lugar y sus alrededores, es decir, El Parque Central, El Capitolio, El Parque de la Fraternidad, el boulevard de San Rafael, el Gran Teatro de la Habana, el cine Paytet, El Prado, etc, forman parte de ese pedazo de patria a la que siempre regreso en mis sueños.

Paseo por ellos en mi imaginación y siento la necesidad de permanecer al menos como un fantasma, como un ser invisible que no quiere perderse la aventura increíble y maravillosa de andar la Habana y de vivir en Cuba.

TADEO

jueves, 23 de octubre de 2008

CHUCHERÍAS


CHUCHERÍAS

Dice mi esposa que gasto demasiado dinero en chucherías. Que a mi edad debería como mucho, estar comiendo pepinillos en vinagre, aceitunas o cebolletas. Sin embargo, yo sigo anclado en los lacasitos, bombones, conguitos, caramelos, peladillas, aspitos, chaskis, gominolas, y claro, también helados. Dice que soy como mi hija, que parecemos de la misma edad.

Es cierto, a mis años debería estar pensando más en comer otras cosas. Pero qué le voy a hacer. Si la infancia es comer todas estas chucherías, se podría decir que yo no tuve infancia. En mi Cuba natal no tenía acceso a la mayoría de estas golosinas, en su mayoría, dañinas para la salud, pero buenas para alegrarle la vida a un niño.

Nunca olvidaré que en mi primer viaje a España, mi mujer, sus amigos y yo, entramos a una tienda de golosinas. Dijeron que comprarían algo para picar. Todos se dirigieron a la zona de frutos secos y encurtidos. Yo no entendía nada. ¿Qué hacían estos comprando todas aquellas pipas y semillas de Dios sabe qué? ¿Por qué no miraban siquiera aquellas chucherías que a mis ojos parecían interesantes y dignas de ser probadas? Poco tiempo después lo comprendí. Ellos habían estado comiendo desde niños todas aquellas cosas que yo descubría ahora por vez primera.

Yo miraba y miraba y no era capaz de decantarme por algo en particular.
-Coge lo que quieras, me decían ellos.
Al final decidí comprarme un tubo de leche condensada.

TADEO

jueves, 16 de octubre de 2008

YOVANY MARRERO


YOVANI MARRERO

Gracias a la magia de Internet, este sistema maravilloso de interconexión entre los seres humanos, me encuentro observando a mi amigo Yovani Marrero, bebiéndose una cerveza supongo que allá en Altea, Alicante, España, donde según me ha dicho, vive en estos momentos.

Se le ve bien, y ver bien a los buenos amigos es siempre un auténtico placer, un placer comparable a ese que refleja su rostro mientras la más refrescante de las bebidas alcohólicas penetra en su cuerpo con esa espumeante vocación de saciar la sed y de alegrar el alma.

Yovani y yo nos conocimos en la Universidad de la Habana. Por su aspecto y su manera de hablar, más propia de un pueblito cubano que de una gran urbe, no sospechábamos que dentro de este mulato de facciones finas se encontraba un alma delicada y sensible.

Primero nos sorprendió con eso de que estudiaba Filosofía, no Medicina o Derecho, como es propio en Cuba de los hijos cuyas familias antes de la Revolución no eran precisamente adineradas, sino una de las carreras más selectas de las que se pueden estudiar en Cuba.

Luego nos volvió a sorprender con aquello de que lo habían aceptado como cantante en el coro de la Universidad de la Habana. Nos dijo que no había cantado nunca, pero que al parecer, la instructora de canto había descubierto en él posibilidades sacando un hermoso registro de su voz quizás más grave de lo normal.

Pues nada, aquí lo tenemos, y ojalá que esta entrada sirva para dar fe de su existencia y de su presencia en mi vida y en nuestras vidas. Si alguno de nuestros amigos de la facultad de filosofía e historia, o de la residencia estudiantil de la Universidad, más conocida como “El Bahía” pasa por aquí, no se olvide de dejar constancia de su visita. Tal vez sea una buena manera de que poco a poco nos vayamos reencontrado todos otra vez.

TADEO

jueves, 25 de septiembre de 2008

LOS OBJETOS DEL RECUERDO



LOS OBJETOS DEL RECUERDO

Cuando mi padre vio las cajas de cerillas españolas, e intentó encender su tabaco con ellas, no lo consiguió a la primera, quizás tampoco a la segunda, así que, echando de menos a las cajas de fósforos cubanas, dijo:
“Acabo de encontrar algo de España que es peor que lo que tenemos en Cuba: las cajas de fósforos.
Puede ser, seguramente las de la isla se encendían mejor, y bueno, seguramente también eran más peligrosas, porque si hasta los niños podían terminar haciendo fuego con ellas, pues ya ustedes se imaginarán.
He encontrado en la red una rara muestra de productos cubanos que seguramente nos traerán a todos grandes recuerdos.
Las libretas que nos daban en los colegios, esas tan ligadas a nuestra educación. Tanto escribí en ellas, tantas libretas de estas forré, e incluso, puede que alguna de ellas aún quede con vida por allá por mi casa con poemas, o simplemente apuntes de clases.
Los radios cubanos, las planchas rusas, los vasos o jarros hechos con latas de conservas rusas, las latitas de especias, las cajetillas de cigarro, las que nunca fumé, pero que sí debí vender por allá por los 90 para subsistir en mis tiempos de estudiante universitario.
Como éste es un espacio para el recuerdo, les dejo estas imágenes con la esperanza de que al verlas, más de uno sienta tocados sus corazones.
También sé que algunos no querrán acordarse ya de nada de esto, en ese caso, les pido disculpas, pues de todo hay la viña del Señor.

TADEO

lunes, 1 de septiembre de 2008

EL LIBRO DE LECTURA DE SEXTO GRADO


EL LIBRO DE LECTURA DE SEXTO GRADO

Nunca he sido un gran lector. Siempre digo lo mismo, aunque casi nadie me cree. La mayoría de la gente que me conoce, supone que soy uno de esos que se pasa la vida saltando de un libro a otro. Pues no, no soy de esos. Me he dedicado a vivir más en mi vida real que en la vida de los libros.

Es cierto que he leído unas cuantas docenas de libros, pero casi todas, han sido lecturas obligatorias de estudiante. Cuando colgué los guantes de mi vida estudiantil, y colgué mi título de historiador en la pared de mi casa, mi nivel de lecturas decreció considerablemente. Incluso, debo decir que en los últimos 3 años, más que a leer, me he dedicado a escribir.

Nunca me ha atraído la literatura de ficción. No leo para entretenerme. Sólo leo esos libros que supongo dicen algo que yo deseo aprender, conocer.

Sin embargo, hace poco acabo de encontrarme con esta imagen, el libro de lecturas cubano de sexto grado, y se agolparon en mi mente muchísimos recuerdos.

Yo adoraba estos libros. Tengo en la mente aquella cuartilla con la que aprendí a leer en primer grado, el libro segundo de lectura, también del primer grado, y luego el resto de libros de lectura, hasta llegar a éste de la imagen, el libro de sexto grado. Pocos libros me acercaron tanto a la lectura como estos.

Recuerdo que los profesores no tenían que pedirme que leyera las lecturas correspondientes. Yo mismo, por decisión personal, lo hacía con gran placer. Creo que si estos libros de textos consiguieron esto en mí, que no me considero un gran lector, es porque en verdad, estaban muy bien hechos.

Aparecían en ellos, lecturas en prosa y poesía, de grandes maestros de las letras, en muchos casos, textos escritos especialmente para estos libros, todos, acordes a la edad de sus destinatarios. De esta manera consiguieron armar verdaderas joyas literarias con las que aprendimos a leer y nos acercamos al universo de la lectura millones y millones de cubanos.

¿Seguirán siendo estos, los libros de lectura que se usan hoy en día en Cuba? No lo sé, puede que se hayan roto ya, y no se hayan vuelto a editar. Tendré que averiguarlo. O a lo mejor alguno de mis lectores cubanos pasa por aquí y me saca de la duda.

TADEO

lunes, 25 de agosto de 2008

TRINIDAD DE CUBA, EL ESCENARIO PERFECTO


TRINIDAD DE CUBA, EL ESCENARIO PERFECTO

En Trinidad de Cuba, nunca han faltado las filmaciones cinematográficas y de otro tipo. Los vecinos de esta ciudad hemos disfrutado o sufrido, (según se mire) la filmación de telenovelas, de spots publicitarios, de vídeo clips, y de largometrajes, tanto cubanos como extranjeros.

Vienen a mi memoria ahora mismo la filmación de una telenovela llamada Azul índigo. También me acuerdo de la telenovela Sol de Batey, de la extraña película que hizo Silvio Rodríguez, que era como una sucesión de vídeo clips de sus canciones. También vi filmar allí la película Gringo Viejo, e incluso, la película cubana Lucía. Estos, entre muchos otros títulos, son los que vienen a mi mente ahora mismo, pero seguramente se filmaron allí muchas más cosas.

Recuerdo que una vez unos italianos vinieron a Cuba para hacer un spot publicitario para una marca de caramelos. Recuerdo que dieron trabajo a numerosos extras, y muchos trinitarios se alistaron en esa empresa. Por lo general eran muy bien pagados estos trabajos. Alguna vez vi mi centro de trabajo casi vacío, porque muchos de mis compañeros se habían ido a trabajar en las filmaciones, pues en ellas ganaban mucho más que trabajando en sus puestos de trabajo habituales, aparte de que esas participaciones, de algún modo los inmortalizaban.

Un amigo me contó una vez sobre su participación en el filme Gringo Viejo. Me decía que aparte de la experiencia de participar en la filmación de tan interesante filme, tuvo la oportunidad de hacerle una foto a la hermosa Ana Belén, la cantante y actriz española.

También recuerdo que estando yo en la torre del museo municipal de Trinidad, también conocido como museo de historia, me mandaron a avisar desde el palacio de Brunet, que abandonara la torre, pues estaban filmando allí un serie de época, y salíamos nosotros a lo lejos.

TADEO

martes, 29 de julio de 2008

JULIO HERNÁNDEZ


JULIO HERNÁNDEZ

Ayer, después de 11 años, volvimos a vernos Julio Hernández y yo. Julio Hernández es uno de los cantautores que conforma la generación de músicos cubanos nacidos bajo el ala de músicos como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Santiago Feliú, Noel Nicola, Carlos Varela o Frank Delgado entre otros.

No sabría decir a ciencia cierta en qué momento exacto surgió nuestra amistad y nuestra relación. Tropecé con él mil veces en los escenarios más diversos, como por ejemplo, en la Casa del Joven Creador, allá en la Quinta de los Molinos, en las diferentes facultades de la Universidad de la Habana, en las peñas de las Residencias Estudiantiles de la ya citada institución académica, y en otras instituciones culturales de la ciudad como bibliotecas, museos, galerías de arte, teatros, etc.

Alguna vez incluso, creo que compartimos escenario, en las peña cultural "Apeiron" de la facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de la Habana, donde yo estudié durante los años 1992 a 1996. También nos vimos más de una vez en la peña cultural que mensualmente se realizaba en la residencia estudiantil de F y Tercera en el Vedado, creo que en el piso 7 ¿Puede ser?

Junto a otros trovadores como Fernando Bécquer, Aldo Antonio García y David Sirgado, Inti Santana, entre otros muchos, escuché a Julio Hernández con su manera tan peculiar de hacer música, caracterizada por la fusión de los diferentes ritmos cubanos como el son, la guaracha, el montuno, etc, con lo cual acompañaba su chispeante versar.
Por aquellos años 90 en Cuba, trovadores y poetas nos dábamos la mano y alternábamos nuestras actuaciones en los mismos escenarios. No es raro entonces, que tuviera amistad con todos estos amigos cantautores de edad similar a la mía.

Otro hecho que fortaleció aún más mi amistad con Julio, fue su noviazgo con Maylén Domínguez Mondeja , una amiga íntima, y correligionaria del verso, quien es hoy una poetisa de primera línea en nuestro país.
En 1995 Julio se marchó de la isla y se convirtió en un número de teléfono más en mi agenda, un número de teléfono que nunca me sirvió para mantener viva nuestra amistad. Durante mi primera visita a España, en 1998, intenté localizarlo para vernos de este lado del mundo, pero nadie levantó el teléfono.

La última vez que nos vimos, estábamos en la Habana en 1997. Julio cantaba en el teatro que está a un costado del cine YARA, y cuando terminó el concierto, nos fuimos todos juntos a festejar y a compartir con los amigos. Nos metimos todos en un amplio apartamento del Vedado, propiedad de los padres de una amiga nuestra. Recuerdo que allí coincidimos, entre otros, con Raúl Torres y otros amigos de la farándula habanera de aquellos años.

Han pasado 11 años desde entonces. Hace poco encontré por casualidad en la red el blog de Julio, y gracias a eso, pudimos contactar nuevamente y cuadrar para vernos como lo hicimos ayer, en Bilbao.
Fue un encuentro hermoso. Tuvimos tiempo para comer juntos, para pasear, hacernos fotos, y rememorar aquellos tiempos pasados en los que vivíamos como los reyes de una isla que aún sigue intacta en nuestra memoria como uno más de nuestros tesoros, tal vez , el más valioso.

Nos juntamos, además de mi mujer y mi hija, las buenas amigas Oihana Barato y Mentxu Sendino, quienes son las responsables del proyecto KUBART, desde el cual, se encargan de promocionar la carrera musical de Julio Hernández y de otros músicos cubanos residentes en España. De dicho encuentro les dejo estas fotos para que se hagan una idea de lo viejos que nos estamos poniendo y de lo bien que la pasamos.

TADEO

jueves, 24 de julio de 2008

HURACANES


HURACANES

Los huracanes son fenómenos meteorológicos que afectan a los países cercanos al ecuador, y como es lógico, todo cubano los ha sufrido y los conoce muy bien.

Quiero decir que curiosamente, a pesar de lo peligroso que pueden ser, nosotros los cubanos no vivimos este acontecimiento como algo tan horrible.

Será que como en la isla estos huracanes o ciclones, no se saldan con tantas vidas humanas, los esperamos y vivimos cada año como algo natural, como parte de nuestras vidas.

Incluso, puedo decir que tengo recuerdos bonitos de estos huracanes, porque como cortaban de golpe la vida de todos, cuando éramos niños y jóvenes, muchas veces los huracanes eran vistos como minivacaciones.

Ellos siempre pasaban fundamentalmente en los meses de septiembre, octubre, noviembre, y como en agosto se acababan las vacaciones, a veces en septiembre, regresábamos de golpe a las vacaciones, porque estos huracanes se nos echaban encima.

Es cierto que son terribles por lo destructores que son, pero estoy seguro que muchos de nosotros guarda recuerdos también hermosos de los mismos. A ver si pasan por aquí otras personas que sepan del tema y puedan aportar sus ideas.

Eso sí, sin dudas, lo vemos como algo cotidiano, como algo que sucederá cada año, y no nos produce ningún miedo, ni pensamos en ello. Lo pasamos simplemente como quien pasa una gripe o algo así.

TADEO

jueves, 10 de julio de 2008

EL CHINO PONS


EL CHINO PONS

Hace ya unos meses me encontré en mi blog un mensaje del Chino Pons. Me dio una alegría tremenda saber de él, pues es uno de esos amigos que hice en Trinidad de Cuba antes de marcharme de allí y que compartimos mucho en un período de mi vida en que ya graduado de la universidad, regresé a la ciudad y pretendí acomodarme a la vida de la misma.
Estamos ante un personaje famoso de la ciudad. Su padre era uno de los médicos más famosos del pueblo. Lo recuerdo incluso atendiendo a mis abuelos de sus dolencias, visitándolos en mi casa, o lo recuerdo de verlo en los hospitales de la ciudad. También tuvo una relación hermosa con mi hermana Luisa, la doctora, cuando ella recién se estaba recibiendo de médico.
El chino Pons, conjuntamente con sus dos hermanos, (varón y hembra) eran muy conocidos por ser los hijos de su padre, el afamado médico, y éste de la foto, en concreto, un buen día le dio por la música y se dedicó a cantar acompañándose de la guitarra, cosa que asombró a propios y extraños. Recuerdo haberlo visto cantando a dúo con Pedrito, el del dúo Escambray en muchas de las tantas actividades culturales a la que asistía allí en mi ciudad.
Ahora mismo, el chino anda por España, por el sur, no sé si por Alicante. En todo caso parece que le va bien, y que sigue visitando Cuba de vez en cuando.
Aquí muestro estas fotos suyas allá en la isla, y espero que nuestros amigos comunes den con él y encuentren en mis palabras y en las imágenes, un pedacito de nuestro pasado inolvidable.
TADEO