lunes, 28 de abril de 2008

EL DOCTOR SOSA


EL DOCTOR SOSA

Yo, como casi todos los cubanos, conocí al Doctor Sosa a través de la televisión, en aquel mítico programa llamado ESCRIBA Y LEA. El no menos mítico panel de historiadores conformado por la Doctora María Dolores Ortiz, el Doctor Gustavo Du’ bouchet y el ya mencionado Doctor Enrique Sosa hacían cada semana las delicias de sus fieles televidentes dando muestra de una cultura enciclopédica y de una memoria de paquidermo.

Algunos años después, tuve la suerte de conocer personalmente a Du’ Bouchet y a Sosa, pues fueron mis profesores de la Licenciatura en Historia, lo mismo que al Doctor Ángel Pérez Herrero, a quien también se podía ver por Escriba y Lea por aquellos años 90 y no sé si todavía hoy.

Estar en clases con aquellos ilustres profesores, disfrutar de sus maravillosas conferencias, era para todos nosotros un verdadero placer y un lujo inexplicable.

Con el Doctor Sosa en concreto, mi relación fue aún más estrecha, pues se encargó de ser el tutor de mi tesis “El Espiritismo en Cuba, aproximaciones a su estudio.” Trabajando con él de tú a tú, pude comprobar en toda su magnitud su sabiduría y su oficio como historiador. También trenzamos una hermosa amistad que duró hasta mi salida de la isla.

Yo me preciaba de ser uno de esos ex alumnos que se podían dar el lujo de tocar a su puerta sin haber anunciado antes su visita. Esto era algo que a Sosa no le hacía demasiada gracia, pues no le gustaba que se le interrumpiera cuando estaba trabajando. De hecho, hasta sus propios familiares se cuidaban de interrumpirlo cuando se encontraba encerrado en su estudio.

Sin embargo, yo me saltaba esa recomendación a menudo. Siempre que quería hacerle un buen regalo a un amigo, lo invitaba a conocer al Doctor Sosa. Me invitaba a pasar a su estudio y allí conversábamos largo y tendido. Tengo recuerdos muy hermosos de nuestras tertulias, a las que invité a más de un buen amigo.

Las cosas que me dijo en privado, forman parte de esos tesoros de mi recuerdo, los cuales llevaré siempre conmigo. Muchas veces me abrió su corazón y me contó muchas de las interioridades de su vida.

Una tarde pasé por su apartamento situado entonces en el edificio que está en una de las esquinas de calle Línea y Paseo, para presentarle a mi entonces novia y hoy esposa. Él accedió a hacerse conmigo esta foto, así en ropa de andar por casa, y que ahora comparto con ustedes. Siempre lo incluyo en mis rezos y pido por su alma. Nunca lo olvidaré y lo tendré siempre como uno de mis grandes maestros.

TADEO

miércoles, 23 de abril de 2008

ALCIDES MONTENEGRO, MI GRAN AMIGO





ALCIDES MONTENEGRO, MI GRAN AMIGO

Aquí les dejo las fotos que me acaba de mandar mi gran amigo Alcides Montenegro García. Alcides y yo nos conocimos en la escuela vocacional Ernesto Guevara de Santa Clara. Él es de Báez, y estaba en el grupo de Placetas, mientras que yo estaba, lógicamente, en el grupo de Trinidad.
Durante esos primeros 3 años de la secundaria, tuvimos poca o ninguna relación, pero una vez llegados al décimo grado, la escuela fue convertida en IPVCE (Instituto Preuniversitario Vocacional en Ciencias Exactas) y nos cambiaron de Unidad, (la escuela estaba dividida en 6 unidades, que eran como escuelas individuales que se unían en una sola mega escuela). Pasamos de la Unidad 3, a la Unidad 2. Allí caímos en el mismo grupo.
Nuestro grupo era muy peculiar. Éramos chicos de varios municipios y de varias provincias, y éramos 27 estudiantes, 23 varones y 4 hembras.
En cuanto empezamos a formar nuestros grupos de amistades, yo me quedé solo, pues de mi antiguo grupo sólo venían dos chicos, y como se emparejaron enseguida, me quedé un poco en el aire respecto a compañía. Debo decir de todos modos, que yo nunca fui mucho de asociarme a unos o a otros. Siempre dejé que eso de ir a comer o a pasear dentro de la escuela, se diera de manera natural.
Sin embargo, Alcides y yo cada vez empezamos a coincidir más y más, y llegó un momento en que nuestra amistad se hizo muy estrecha. Lo hacíamos todo juntos, lo compartíamos todo.
En esos tiempos en que la crisis económica se agudizó en la isla, Alcides y yo empezamos a compartir la pasta dental, el jabón de baño, etc. Nos visitábamos pasando fines de semana uno en casa del otro, etc.
Luego, ya en la universidad de Las Villas, en la provincia de Santa Clara, seguimos manteniendo nuestra relación, aunque ya no tan estrecha como antes pues estudiábamos carreras diferentes: él, Arquitectura, y yo, Ingeniería Industrial.
Dos años después, abandoné yo mis estudios de ingeniería, y me marché de aquella universidad. Me fui a estudiar la licenciatura en Historia en la Universidad de la Habana. Sin embargo, seguimos en contacto y la amistad no se perdió.
Hoy Alcides vive en los Estados Unidos, en Miami, y gracias al correo electrónico nos mantenemos en contacto. Dice él que soy la única persona de la Vocacional con la que aún mantiene la amistad. Creo que no hay nada más hermoso que saber conservar las amistades. Ojalá algún día, no muy lejano, podamos invitarnos uno al país del otro para volver a compartir como en aquellos años hermosos de la adolescencia en Cuba.
TADEO


viernes, 18 de abril de 2008

DOS PARQUES DE TRINIDAD DE CUBA






DOS PARQUES DE TRINIDAD DE CUBA

Aquí les dejo estas fotos hechas en los parques que marcan el centro de la ciudad de Trinidad de Cuba. Están tiradas en una de esas tardes de agosto en que disfrutaba de un paseo vespertino por mi centenaria ciudad natal.
En Cuba es muy común que en las tardes el cielo se nuble y caiga un buen chaparrón. Pero como el calor es tan grande, se agradece la lluvia. Incluso, te puedes bañar en el aguacero, y al poco tiempo descubrir que ya estás seco. No hay peligro de enfermarse ni nada de eso.

TADEO