domingo, 5 de julio de 2009

LA CUEVA


LA CUEVA

Navegando por la red me he encontrado una entrada dedicada a los variados usos que se le puede dar a una cueva, y claro está, ahí apareció nuestra famosa cueva trinitaria de Carlos Ayala.

La cueva de Carlos Ayala es famosa por albergar en sus entrañas una discoteca, la más cara y exótica de la ciudad de Trinidad de Cuba y seguramente una de las más curiosas de toda la isla.

Los trinitarios decimos: “La Cueva”, para referirnos a ella, aunque también se le puede escuchar al pueblerino decir “Las Cuevas”, pero en este caso se estará refiriendo al famoso motel que se encuentra en la parte más alta de la ciudad, y que como su nombre avisa, también tiene una cueva, que hoy no es discoteca, pero que en su día lo fue.

Entre las dos cuevas, se lleva la palma la que se encuentra en los predios del motel. Nadie puede imaginar que en ese sitio es posible disfrutar de un espectáculo natural de tal magnitud y belleza. Pues sí, allí escondida, tanto que apenas te encuentras en la red fotos de ella, se encuentra esta cueva, que más que cueva, parece un palacio. Es un sitio que asombra por lo espacioso, sin dejar de mencionar las formaciones geológicas también de gran belleza.

En una de sus galerías más hermosas, el visitante se tropieza con un piso de lozas muy bien pulido. Allí estaba la discoteca primigenia, la primera que se echó a andar en Trinidad y que se paró porque alguien se dio cuenta de que aquel ruido terminaría destruyendo la cueva.

En el caso de la cueva de Carlos Ayala, al parecer, tiene la peculiaridad de ser un recinto más pequeño y que tiene un orificio en el techo que garantiza que los ruidos de la música salgan al exterior.

En ambas cuevas estuve bailando yo. En la del motel, siento aún muy pequeño, en aquellos tiempos en que los cubanos podíamos entrar libremente a los hoteles. En la de Carlos Ayala, ya de adulto. Me acuerdo perfectamente de la sensación tan rara que experimenta uno cuando el alcohol empieza a subirte a la cabeza y te sientes enclaustrado en la morada del hombre primitivo. Desde luego que es una experiencia diferente a lo que se puede experimentar en cualquier otra discoteca.

La Cueva de Carlos Ayala debe su nombre, según dicen, a que un señor llamado así, en su día, cometió un crimen y se escondió en dicha cueva para escapar de la justicia. Se decía que de noche se le veía salir de su escondite y aterrorizar sobre todo a las mujeres de la zona. Puede que sólo sean habladurías, típicas de los pueblos como el mío.

Lo cierto es que se dice que toda la ciudad de Trinidad de Cuba se encuentra construida sobre un complejo sistema de túneles naturales que salen al mar. Siempre, cuando desaparecía un niño en la ciudad, se comentaba que podía haberse perdido en ese laberinto de cuevas. Alguna vez, yo mismo estuve en la entrada del laberinto. Me refiero a esa otra entrada, cerca de la zona donde están las otras dos cuevas mencionadas, pero por otro lugar. No me atreví a dar un paso, pero me bastó con poner mis pies de niño curioso en aquel lugar tan mítico y legendario.

Más nunca anduve por allí. Mis recuerdos de todo aquello es muy borroso, pero si algún día vas a Trinidad de Cuba, no dejes de preguntar por estas cuevas. A lo mejor te ves envuelto en una fascinante aventura subterránea.

TADEO

4 comentarios:

Morgana dijo...

Acabo de descubir tu blog a través de chanchan. De cuando en cuando me entretengo buscando por ahí pedacitos de mi país que andan tan sueltos como yo. Es un blog muy fresco y con sentimiento.

Te felicito y te invito a mi casa virtual.

Saludos!

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Morgana:
Qué lindo tenerte por mi blog. Yo creo que he estado por el tuyo alguna vez. Ese gato negro no se me despinta, jejeje.
Me alegra mucho que te guste mi espacio. Besitos:
Tadeo

Anónimo dijo...

Hola, me dio por buscar parte de la historia de mi familia. Y te cuento q no es cuento la historia de Carlos Ayala. Él era carnicero en su epoca. Siempre tenia las manos llenas de sangre por su trabajo pero si cometio un crimen.
Mato a Carmita. Hija de Carmen Valdespinilo quien fuese mii tatarabuela. Carmita una nina de 12 años bella segun mi abuela nos contaba, de pelo largo y rubio y siempre llevaba trenzas.
Una noche Carlos Ayala utilizo cierto tipo de gas para adormecer a mis tatarabuelos y llevarse a Carmita, asi lo consiguio y la mato en esa cueva de la que hay hoy una discoteca.
Por supuesto al otro dia dieron parte a las autoridades y la encontraron muerta ahorcada con sus propias trenzas y todas las evidencias llevaban a que su asesinonera Carlos Ayala.
Asi fue arrestado y antes de que Muriese pues se le dio pena de muerte pidio comer un bistec y pan con queso y guayaba.
Carmen Valdespino, mi tatarabuela fue una escritora de familia acomodada de Trinidad pero se enamoro y se caso con Roque Alvarez de clase media, por lo que fue desheredada de todos los bienes. Pero formo una familia linda. La que adoro y quiero. De los familiares mas avanzados de edad viven en Cienfuegos pero conocen de esta historia triste que para muchos solo es una leyenda.
Gracias Beatriz

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Beatriz:
Qué maravilloso que contaras esta historia familiar aquí en mi blog. Me pareció muy interesante. Un abrazo:
Tadeo