domingo, 16 de marzo de 2008

LA IGLESIA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


LA IGLESIA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

En un lugar privilegiado al frente del parque de la Plaza Mayor de la ciudad de Trinidad de Cuba se encuentra la Iglesia de la Santísima Trinidad. Es la iglesia más importante de la ciudad y según he escuchado, la iglesia con la planta más grande de toda Cuba.
De las iglesias que he visitado en la isla, esta es quizás, la de mejor iluminación, por la altura de sus techos y la blancura de sus paredes. Desde muy niño empecé a visitar esta iglesia acompañado de mi abuelo.
Recuerdo que me llevaba siempre al altar del Cristo de la Veracruz, el santo más importante de este recinto, nos arrodillábamos y rezábamos el Padre Nuestro. Luego me daba dinero para que fuera echando en todas las alcancías de cada uno de los santos. Era para mí una entretenida diversión.

La iglesia tiene un altar mayor hecho de maderas preciosas de la región. También están hechos de madera sus ocho altares, todos tallados por ebanistas de la región, lo mismo que sus púlpitos excelentes.
Aparte del Cristo de la Veracruz, un cristo que debió llegar a Veracruz en su día, pero que sucesivas tormentas, hicieron que nunca fuese trasladado a aquella ciudad mexicana, destacan la venerada Virgen de la Caridad del Cobre, la Dolorosa y la Virgen de Fátima, de una belleza incalculable.

Yo nunca hice vida religiosa. Habiendo nacido en 1971, la mayoría de los niños de mi generación nacieron y se criaron alejados de los templos católicos. Algunos de mis amigos, jamás pusieron un pie en la iglesia. En mi caso, sí que puse los pies, pero no formé parte de ese grupo de chicos practicantes.

Siendo ya un adolescente, gracias a un amigo que tenía buenas relaciones con ellos, intenté acercármeles, pero no pude. Desde luego yo no les interesaba para nada. A las claras el motivo de unión de aquellos chicos, era en última instancia, cosas que nada tenían que ver con Dios, con la religión.

Mirando esta imagen vuelvo a recorrer la iglesia en mi pensamiento. Vuelvo a sentir el olor tan agradable que destila, vuelvo a envolverme en la paz que se respira entre sus paredes, en fin, vuelvo a rescatar uno más de esos recuerdos que me habitan y que forman parte de mi historia y de mi vida misma.

TADEO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bellísima tu iglesia, Tadeo.
Saludos.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Anónimo:
Muchas gracias por pasar y dejarme tu hermoso comentario. Besitos:
Tadeo