sábado, 21 de abril de 2007

EL CAPITOLIO DE LA HABANA


El Capitolio de la Habana es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Su construcción se debió al capricho del entonces presidente de la República, Gerardo Machado, por allá por los años 20 del siglo pasado. Cumplió la función de sede de los gobiernos de entonces hasta que al triunfo de la Revolución de 1959 pasó a ser una especie de museo y la sede de la academia de ciencias de Cuba.

Yo tuve la suerte de pasearme por el Capitolio en más de una ocasión. Unas veces, como turista y otra vez, la más especial de todas, como invitado a un encuentro de historiadores cubanos y españoles en el marco del centenario de la intervención norteamericana en la guerra Hispano-Cubana.

En nuestros ratos libres, a la hora de la merienda, mi amigo Pedro Cubas y yo, nos recorrimos muchas de las salas de este edificio inmenso y pudimos disfrutar de su excelencia arquitectónica.

Dicen que las esculturas de la entrada se pensaban encargar al mismísimo Augusto Rodín, pero no fue posible, así que tuvimos que conformarnos con el trabajo de un escultor más modesto.

Hablando de esculturas, el Capitolio alberga entre sus muros una gran escultura de Atenea, que según escuché, es la estatua bajo techo más alta que se puede encontrar en la isla, y posiblemente, una de las más altas de toda Latinoamérica.

Otras de las maravillas que hacen famosa esta mole de piedra, es que guarda un diamante bastante grande. Se encuentra en el suelo marcando el kilómetro cero de la carretera nacional. Dicen que el diamante que se puede observar ahora mismo allí, es una copia del original, puesto que varias veces se lo robaron a lo largo de la historia, aunque curiosamente, siempre terminó apareciendo.

Por otro lado, el Capitolio, por ser un edificio inconfundible, siempre fue el mejor punto de encuentro de toda la Habana. Cuando querías quedar con alguien, sobre todo si ese alguien no conocía bien la ciudad, le decías: "Nos vemos a tal hora frente al Capitolio. Eso no fallaba. Y bueno, los guajiros, es decir, la gente del interior que llega a la capital, y claro está, también los turistas venidos de todos lados del mundo, no faltan al ritual de hacerse una foto al pie de este edificio monumental.


TADEO

4 comentarios:

Etèria dijo...

Me gusto viajar de tu mano y conocer más de ese lugar.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Belita:

Muchas gracias por tus lindas palabras. Me alegra mucho tenerte por mis letras. Besitos:
Tadeo

Anónimo dijo...

Hola Tadeo.

Me gustó mucho leer tus artículos y creo haberte conocido en Cuba.
Puede ser que fuistes profesor de Marxismo en el RPE Universitario Renán Turiño, junto a una profesora que le llamaban „Tata“ o algo por el estilo?.

Un abrazo

Andre

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Andre:

Cierto, ese profesor que trabajó con TATA, era yo. Un abrazo y gracias por tu visita.
Tadeo